Rafael López González, que había sido militante de CCOO durante 52 años, ha sido expulsado del sindicato por críticas a los dirigentes de su federación, a los que había denunciado por irregularidades.
"Lo primero es echar a todos los machistas y misóginos de CCOO. Empezando por los dirigentes, que despiden trabajadoras del sindicato, cuando dos días después la van a quitar dos cánceres de pecho".
Rafael se refería a Rosa Holgado, una compañera que había comunicado que le habían diagnosticado dos tumores, uno en cada pecho, un mes antes de que la echaran.
"Sinvergüenzas, verticalistas, Álvarez Abellán, del vertical falangista, y estos no se diferencian. Si Macario, Tranquilino o Arcadio levantaran la cabeza, les echaban a cintazos, que vergüenza en lo que están convirtiendo las CCOO de Construcción y Servicios".
En este caso se refería a la noticia sobre el secretario general de la Federación de Construcción y Servicios, que alquiló al sindicato una vivienda de su propiedad, además de los gastos de este secretario junto con otros dos miembros de la dirección de dicha federación, que gastaron más de 43.000 euros en restaurantes, gasolina y aparcamientos a costa de la tesorería del sindicato.
Estos comentarios en su muro de Facebook forman parte del expediente disciplinario que la Comisión Ejecutiva de la federación ordenó abrir contra López. La comisión instructora que llevó su caso determinó que lo que López había escrito era una falta grave según el Reglamento sobre Medidas Disciplinarias del sindicato.
"Me expulsan para toda la vida, porque saben obviamente que no voy a volver. Me revisaron las cuentas cuando llevaba el control económico. No pudieron decir que robé. No pueden demostrar que filtré la información a El Confidencial, porque yo no lo hice, así que vigilaron mi cuenta de Facebook para buscarme las cosquillas, vulnerando mi libertad de expresión".
"Todo esto motivó la persecución continua de Vicente Sánchez Jiménez, al que no quiero llamar compañero puesto que nunca lo ha sido. Entiendo que escuchar opiniones contrarias o críticas con sus conductas no resulta del agrado del secretario general y que debe resultarle enormemente molesto conocer las opiniones que otros afiliados y sindicalistas tenemos acerca de sus prácticas y de sus maneras".
Así se las gasta CCOO con quienes han dedicado su vida al sindicato en el momento en que se muestran críticos. Nada nuevo bajo el sol, como ya ocurriera por ejemplo en la sección sindical de CCOO en everis Centers Sevilla, donde los delegados que hoy forman parte de CSC fueron expulsados de forma sibilina, cambiando las claves de acceso a la cuenta de correo de la sección sindical sin previo aviso, invitándoles de esta forma de manera rastrera a abandonar la misma.
Esta es la realidad de un sindicato tan podrido por la corrupción que ya no admite ni la más mínima crítica interna, y que se ve obligado a purgar a quienes intentan hacerla para conservar sus privilegios.
Nada queda por hacer dentro de este sindicato que no sea seguir engañando, traicionando, despidiendo a sus propios trabajadores, firmando EREs y retrocesos y seguir continuamente salpicados por casos de corrupción.
La única forma de terminar con casos como estos y dignificar el nombre del sindicalismo es abandonar a sindicatos amarillos como CCOO y UGT y engrosar las filas del sindicalismo de clase.
¡FORTALECE LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES, ÚNETE A CSC!
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