Atos, como el resto de empresas, nos quiere hacer creer que cuanto mejor les vaya a ellas, mejor nos irá a los trabajadores.
La realidad es que todo lo que ganemos nosotros (en salario, en derechos, en mejorar nuestras condiciones de vida) es lo que dejan de ganar lo dueños de la empresa y viceversa.
Así se demuestra cuando un trabajador osa pedir simplemente que se cumpla la ley, que ya de hecho es bastante favorable a las empresas gracias a la colaboración de sindicatos falderos como CCOO y UGT.
Y la ley dice, por ejemplo, que existe “cesión ilegal de trabajadores” cuando “los contratos de servicios entre las empresas se limite a una mera puesta a disposición de los trabajadores de la empresa cedente (subcontrata) a la empresa cesionaria (cliente)”. Dicho artículo establece también que “los trabajadores sometidos al tráfico prohibido tendrán derecho a adquirir la condición de fijos, a su elección, en la empresa cedente o cesionaria”. ( artículo 43 del Estatuto de los Trabajadores).
Con el objetivo de que los trabajadores de las subcontratas que trabajan para Atos se beneficien de ese artículo y puedan hacer valer sus derechos, la sección sindical de la Coordinadora Sindical de Clase en Ingefor Formación Online SL presentó una demanda por cesión ilegal de trabajadores.
Si a empresas como Atos les importara que los trabajadores podamos tener un proyecto de vida y calidad de vida, no deberían tener ningún problema en contratarnos directamente sin tener que recurrir a los juzgados.
La verdad es tozuda, y por muchos eslóganes y propaganda de bienestar que nos vendan las empresas, entre Atos y las subcontratas se reparten las ganancias producidas con nuestro esfuerzo y dedicación de gran parte de nuestras vidas, pues pasamos más tiempo en los centros de trabajo que con nuestras familias.
Está en nuestras manos protegernos con la fuerza de una organización sindical de clase, que antepone los intereses colectivos de los trabajadores por encima de cualquier otra cuestión, o ponernos en manos de aquellos que nos ven simplemente como números e instrumentos para enriquecerse y vivir a nuestra costa.
