El carácter de clase del Estado español se muestra cada día más abiertamente. Por mucho que algunos pretendan esconder su esencia, son constantes las muestras que dejan claro una y otra vez que la transición fue una farsa para instaurar una monarquía parlamentaria, que puso como jefe del Estado al heredero del franquismo (convertido hoy en un ladrón huido) y sin ninguna depuración del régimen predecesor en ningún momento (ni en las fuerzas de seguridad, ni en el poder judicial, etc.) Por tanto, actualmente, el franquismo sigue completamente institucionalizado.
Ha tenido que venir esta vez una jueza argentina a destapar, nuevamente, las vergüenzas de la judicatura nacional y acusar de crímenes de lesa humanidad a altos cargos franquistas, entre otros Rodolfo Martín Villa, ex procurador en las Cortes franquistas, vinculado con el Sindicato Vertical durante la dictadura, llegando a ser presidente del Sindicato nacional de Papel, Prensa y Artes Gráficas, acusado por algunos de haber ordenado destruir los archivos pertenecientes a la antigua Falange Española Tradicionalista y de las JONS, con la intención de destruir así pruebas incriminatorias, conocido popularmente como “la porra de la Transición” debido a la excesiva dureza que las fuerzas de seguridad empleaban para reprimir manifestaciones obreras y estudiantiles y acusado de ser parte responsable de la intensa actividad parapolicial que se desarrolló a lo largo de estos años con una nutrida implicación de organizaciones fascistas.
Ante esta acusación, los expresidentes Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy han dirigido a la jueza argentina cartas de apoyo a Martín Villa.
A esta infame lista se suman también ‘líderes’ sindicales como Nicolás Redondo (UGT), Antonio Gutiérrez (CCOO), Cándido Méndez (UGT) y José María Fidalgo (CCOO), todos ellos ex-secretarios generales de UGT y CCOO respectivamente, mostrando la verdadera cara de estas organizaciones como cómplices absolutos de la represión que ha sufrido y sufre la clase trabajadora.
Todo esto demuestra claramente la complicidad de las cúpulas de estos sindicatos traidores con la impunidad franquista, impunidad que dura más de 4 décadas gracias a la Ley de Amnistía del 77, a pesar de las exigencias del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, del Parlamento Europeo o del Consejo de Europa a los distintos gobiernos españoles de juzgar los crímenes franquistas.
Para que el franquismo haya continuado institucionalizado hasta día de hoy, hace falta la colaboración entre franquistas y oportunistas, porque son estos últimos quienes pactaron que el fascismo siga viviendo y esté muy presente en las instituciones, quienes apoyan ya abiertamente a ex altos cargos franquistas y no se cansan de defender las ‘bondades’ de la transición, que no fue más que una gran traición a la clase trabajadora y demás clases populares del Estado español.
Ahora CCOO y UGT se suman de manera más explícita si cabe aún a esta lista de cómplices del franquismo, y de esta forma muestran sin quererlo a la clase trabajadora cuál es el camino a seguir: Acabar con estas instituciones traidoras y reaccionarias.
Sólo acabando con el oportunismo en el seno de la clase trabajadora, ésta podrá organizarse en la defensa de sus derechos. Es hora de romper con organizaciones que no nos representan y organizarse bajo el sindicalismo de clase.
¡FORTALECE LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES, ÚNETE A CSC!
0 comments:
Publicar un comentario